5 de mayo de 2013

Resulta imposible notar que nada es tan malo como suele parecernos, que no somos ni tan gordas ni feas como nos vemos, que el mundo no termina en esa discusión con los viejos, ni en la prueba que todavía no entregaron. Resulta increíble pensar que a la larga voy a caer en lo trillado y terminar repitiendo la típica frase que describe a esta etapa como "la mejor de mi vida" cuando no se ni quien soy ni quien quiero ser, se me presentan nuevas responsabilidades, me exigen que me comporte como adulta pero me tratan como nena y ya nada se soluciona contándole a mi mamá el problema para que ella se haga cargo. 
Los que me quieren no se cansan de decir cosas típicas para subir el ánimo o alegarme pero  sin embargo hacen en mi el efecto contrario al esperado. Cada una de las cosas que me dicen pasa a la lista de pendientes, se transforma en una meta a alcanzar, una nueva presión. Cada vez que dicen 'sos inteligente' en mi resalta la idea de tener que serlo y uno de mis mayores miedos es decepcionar a la gente que quiero, no me creo capaz de llegar ni a los talones de la yo que describen pero no puedo negar que doy todo de mi para cumplir sus expectativas.