31 de agosto de 2013

Muere lentamente quien no viaja, 
quien no lee, 
quien no escucha música, 
quien no halla encanto en sí mismo. 
Muere lentamente quien destruye su amor propio, 
quien no se deja ayudar.
Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito, 
repitiendo todos los días los mismos senderos, 
quien no cambia de rutina, 
no se arriesga a vestir un nuevo color 
o no conversa con desconocidos. 
Muere lentamente quien evita una pasión 
y su remolino de emociones, 
aquellas que regresan el brillo en los ojos 
y restauran los corazones destrozados.
Muere letamente quien no gira el volante 
cuando esta infeliz con su trabajo o su amor.  
Quien no arriesga lo seguro por lo incierto
para ir detrás de un sueño, 
quien no se permite al menos una vez en la vida 
huir de los consejos sensatos.
Vive hoy, haz hoy, arriesga hoy. 
No te dejes morir lentamente. 
No te olvides de ser feliz.
                                                                                                       Pablo Neruda

12 de agosto de 2013

Después de vivir la reacción de una ciudad que nunca vi tan movilizada, de sentir el dolor en el aire, de escuchar lo que es el silencio, el respeto, de darme cuenta que solo bastaba que haya gente necesitada para encontrar gente dispuesta a ayudar. En un momento en el que cada vez me costaba más tener fe en las personas, en una sociedad que aparenta individualismo y se muestra egocéntrica y consumista, que en el día a día da la impresión de estar yendo de mal en peor, lo que pasó más allá de lo terrible y conmovedor de la tragedia en sí, es reconfortante y me da orgullo de mi ciudad y mi gente, y me muestra que todavía hay amor y caridad. 
El bombero, el rescatista, el psicólogo, medico, enfermero, el que lleva donaciones, es voluntario y se queda ayudando desde donde puede, todos ellos son los héroes que hay que reconocer, aplaudir y admirar y sobre todo a los que hay que agradecer. 
La ciudad se unió en buenas intenciones, pensamientos y apoyo. Ahora solo resta encontrarle el sentido para poder crecer de lo que paso y que nunca más se vuelva a repetir. 
FuerzaRosario 

6 de agosto de 2013

Creo que lo que más espero es ser completamente libre, sin depender de nadie a quien pedirle permiso para hacer las cosas, ni darle explicaciones de lo ya hecho. Pero a la vez esto implica hacerme cargo de lo haga y diga, de lo que decida, saber que sobre cada acto vendrá una inevitable consecuencia y que más de una vez me va a tocar hacerme cargo de las consecuencias de los actos de otros, resolver problemas, definir situaciones que afecten el resto de mi vida, construirme a cada paso.

Y si bien cuando la vida golpea un poco seria tan lindo poder huir y quedarme encerrada en el mundo de los libros que leo para evadir lo que pasa, en la canción que me salvo de esa tarde triste, en lo que idealizo de mi vida, mi futuro, en los sueños, estaría viviendo sin vivir, dando un paso insignificante por un mundo del que no recibí ni al que le dí nada, solo una persona más de tantas que dejan todo tal y como estaba sin su presencia, como si no hubiera existido. 

Sabiendo que no es lo que quiero para mi vida, aumenta aún más la responsabilidad de cargar con esa linda pero dura condena de ser libres, queriendo hacer, ser y dar mucho más pero encontrando permanentemente dificultades, dudas e inseguridades, muchas veces perdiendo tiempo sin poder avanzar por estar estancada en un pasado, tal vez mejor, pero que ya pasó o demasiado aislada del hoy planeando un futuro que puede que nunca llegue. 

Viviendo librada a la suerte y el azar de mi destino y el de los demás, siguiendo caminos que se cruzan o separan muchas veces sin razones a la vista y otras por causa y responsabilidad nuestra. Soñando un mundo mejor pero por sobre todas las cosas intentando actuar en el hoy para conseguir que ese sueño no sea solo una utopía. 
El tiempo pasa y ayuda a ver las cosas alejadas, sin todos los sentimientos encontrados que generan las situaciones, ayuda a ser fría y analizar mas objetivamente los hechos. 
No se si cura heridas pero ayuda a cicatrizar, aceptar, resignar. Hay cosas como la distancia que con el tiempo solo agrandan su magnitud y lo que los primeros días no era nada después de años duele, se extraña y cada minuto mas en el reloj es un minuto menos con el otro, sin embargo en esa distancia se puede aprender a convivir con los dolores, a entender los porqué y para qué de lo que pasa y a crecer en todos sentidos.
El tiempo me demuestra segundo a segundo que la vida sigue a pesar de todo, que de cada situación hay que tomar lo que sirva para el resto del camino pero aunque quiera no existe un botón de pausa en buenos momentos solo existe la memoria para llevarlos conmigo y que me den fuerzas al seguir caminando. 

1 de agosto de 2013

Presiones. 
Presiones propias, auto exigencia, presiones que presionan sin querer presionar, comentarios que sin intenciones suman peso a la mochila, presiones sociales. Están por todos lados y en todo el mundo, desde el momento en que al prender la televisión cada propaganda o programa nos instala ideas de perfección, belleza y felicidad que no tienen nada que ver con la realidad pero aun así, creamos en ellas o no, nos vemos condenados a seguirlas y adaptarnos para pertenecer. 
Todos esperan de uno lo mejor, todas su expectativas están puestas en cada actividad que realizamos y aunque no sea así es lo que sentimos. Vivimos tratando de complacer y agradar a los demás y en esa búsqueda de puros estereotipos muchas veces nos perdemos a nosotros mismos, confundimos lo que somos con lo que queremos o debemos ser. 
Parece tan simple, simplemente haría falta hacer oídos sordos a todo lo que nos lastima, bastaría con no pensar tanto en la mirada del otro, en ser como soy sin importar a quien pueda caerle bien o mal. Sería mejor poder aceptar que una nota no vale tanto, que no es necesario ser la mejor en todo lo que haga, que nadie espera que lo sea, que si esperan que lo sea es problema de ellos y no mio. 
Y ojalá todo fuera tan fácil como saber que hacer. Sé que es lo mejor, lo correcto, sin embargo a la hora de actuar la cosa se complica más.