16 de julio de 2014

Teñimos las épocas, los meses y los días del color de lo vivido.

Mi época Julio-Agosto esta hace 4 años teñida de agonía, no tristeza sino recuerdo melancólico, tu cara (abuelo) en mis pensamientos más de lo normal. 

Desde la felicidad e incredulidad de tu mirada ese día de julio en tu cumpleaños, en esa fiesta sorpresa, al entrar y vernos a todos. La paz que antecede a la tormenta. Ese otro día de julio en el que una llamada tarde en la noche ya no sorprendía pero si dolía. El transcurso hasta el 3 de agosto y el fin de la agonía tuya, nuestra, de todos los que te queríamos bien. Y de los que intentando a duras penas dejar de lado el egoísmo ya rezábamos para que en paz descanses si es que imposible era que en paz vivas.  

Hoy el camino de la espera no conduce a un final triste y que loco es contar los días y teñirlos de fiesta, pintando por sobre lo ya pintado. 

La cuenta regresiva me lleva a un 3 de agosto diferente, a un colectivo rumbo a Bariloche, a un viaje de egresados esperado por años y años, a vos conmigo pero nunca más lejos en el día en que te fuiste va hacer ya cuatro años atrás. 

Un Julio-Agosto diferente, nuevamente teñido de espera. Pero que diferencia! Colores distintos llevan a un mismo día, dos recuerdos que van a convivir dejando una mezcla agridulce.