13 de diciembre de 2019

Sabia que estaba lastimada. 

Sabia que durante los ultimos años esa herida era cada vez más profunda y cada vez estaba más lejos de la superficie. 

Sabia que estaba abierta y cada pequeño raspón diario caía sobre ella. 

Durante mucho tiempo intentó avanzar ignorando que dolía, aunque se daba cuenta que el aire parecia mas pesado, que inhalar ya no era tan facil y que ya no disfrutaba estar sola. Quería que su alma se arregle. Que deje de doler. Que el aire vuelva a fluir por sus pulmones sin esfuerzo. 
A veces caminaba unas pocas cuadras, con auriculares puestos, y alguna canción la traicionaba llenandola de recuerdos y sin dar cuenta de su volunad su mirada se nublaba y por su mejilla caían esos recuerdos, como lluvia de verano escondida en alguna nube pasajera.

Siempre que algo la frustraba intentaba entenderlo, su vida se manejaba por la razón, y cuando conectaba los cables enredados, cuando lograda armar el circuito, cuando todo cobraba sentido en su interior, esa frustración se transformaba en paz. 
Pero en este caso, lo unico que podia razonar era que el motivo de que esa herida siga abierta es que no habia razon que entender, los cables estaban rotos y donde fuera que intentara conectarlos solo encontraba cortocircuitos. Tenía que sentir el dolor, la ausencia, los miedos y aprender a convivir con ese mix de sentimientos que habian pasado a formar parte de ella. Y cuando de sentimientos se trataba encontraba su principal punto débil, sentir escapa a la lógica y en su mundo de raciocinio esa era una regla que no estaba contemplada.