Básicamente creo que tiene sentido desde el momento en que llegamos al mundo sin quererlo, pedirlo o ser plenamente consientes de lo que estaba pasando, simplemente desde un principio sobrevivimos aceptando consecuencias de lo que otros deciden, ese es el inicio y el camino, eso es vivir.
Podemos tomar decisiones, somos "libres" pero nunca vamos a lograr ser completamente independientes, nunca vamos a dejar de depender de esas decisiones que realizan las libertades ajenas y que en cualquier momento pueden coincidir o cruzarse con las nuestras.
Desde la persona que tenemos al lado, el vecino de edificio, el intendente de la ciudad, hasta el dueño de la empresa que contamina el río, el que tala arboles o la petrolera que quiere perforar el ártico, cada una de las personas que respira dentro de este planeta, que convive como compañero nuestro de espacio y tiempo puede influir en nuestras vidas y cambiarnos todo de un segundo a otro.
Esta es una de las cosas que más me desespera pensar: lo vulnerables que somos, lo expuestos que estamos a los cambios, lo dependientes que resultamos de las vueltas de la vida, la gente, el mundo... Y como tantas veces sentimos que tenemos el control...