Pocas cosas son tan audaces para atacar como el miedo,
el miedo gana convenciéndonos de que ya ganó,
y
si ya perdimos,
para qué luchar?
Nos crea falsos enemigos, esos a los que tememos, oculdando ser él el verdadero enemigo.
el miedo gana convenciéndonos de que ya ganó,
y
si ya perdimos,
para qué luchar?
Nos crea falsos enemigos, esos a los que tememos, oculdando ser él el verdadero enemigo.
La
consecuencia del miedo es el miedo en si, es como estar ya
muerto, es el problema en si y se multiplica con cada segundo de duda, va
ganando terreno en nuestro interior hasta apoderarse de todo.
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